En el marco de una conferencia sobre el
cambio climático en Cancún, México, científicos de Naciones Unidas alertaron
que los glaciares de la Patagonia argentina y chilena se deshielan con mayor
rapidez que los del resto del mundo.
La mayoría de los glaciares, formados por
acumulaciones de nieve y hielo, comenzaron a deshielarse hace unos 150 años,
pero el fenómeno se aceleró significativamente desde la década de 1980, según
datos recopilados en un informe del Programa de Naciones Unidas para el Medio
Ambiente (PNUMA).
“En el período de 1960 a 2003, los
glaciares menguaron una media de 35 metros en la Patagonia y 25 metros en
Alaska”, la segunda región más afectada, y en menor medida en Asia y Europa,
señala el informe, elaborado con la participación de científicos
latinoamericanos, estadounidenses, asiáticos y europeos.
“Un conjunto de estudios científicos
demuestra una tendencia clara del deshielo de los glaciares, ligada a un clima
más caliente y, tal vez, a otros factores”, subrayó Achim Steiner, director
ejecutivo del PNUMA.
“Estos alarmantes descubrimientos sobre
el deshielo de los glaciares subrayan la importancia de combatir el cambio
climático de forma global”, afirmó Erik Solheim, ministro de Medio Ambiente de
Noruega, quien agregó que “nos manda un mensaje fuerte en nuestra calidad de
políticos y negociadores en Cancún”, cuyo país acababa de anunciar una ayuda de
12 millones de dólares para una de las regiones afectadas por este fenómeno, el
Himalaya.
Más de la mitad de la población mundial
vive en cuencas de ríos que tienen su origen en las montañas con glaciares y
nieve. Las profundas modificaciones de estos glaciares tienen un impacto en
dichos ríos y como consecuencia, en la seguridad alimentaria, los medios de
subsistencia, los recursos hídricos y la salud.
Tal vez en cuestión de pocas décadas la
reducción de los glaciares puede causar una penuria de agua en algunas zonas
secas del planeta, como partes de los Andes, señala la ONU. Así, en regiones
áridas de Perú, Chile y Argentina, donde las precipitaciones son escasas, la
reducción de los glaciares tendrá un mayor impacto en la disponibilidad de agua
que en Europa o Asia, subraya.
Por otra parte, al derretirse los
glaciares pueden formar inmensos lagos que, cuando se desbordan, provocan
devastadoras inundaciones. Este fenómeno aumentó significativamente en los
últimos 40 años en el mundo y recientemente en la Patagonia y los Andes.
“Cinco grandes inundaciones repentinas de
lagos glaciares tuvieron lugar en abril, octubre y diciembre de 2008, y de
nuevo en marzo y septiembre de 2009 en el Campo de Hielo Norte de Chile”,
recuerda el informe.
El informe del PNUMA señala que una
medida eficaz de adaptación a este tipo de fenómenos consiste en trasvasar el
agua de los lagos. Esta experiencia se ha llevado a cabo con éxito en los lagos
de la Cordillera Blanca en Perú.
“Las autoridades peruanas tienen una
experiencia substancial en la solución del problema de los lagos glaciares,
habiendo realizados las primeras operaciones en respuesta a la catastrófica
inundación de Huaraz, en 1941, que causó más de 5.000 muertes”, señala el
estudio.
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