El Parador y Hotel de Campo La Leona ofrece no sólo la posibilidad de pasar momentos especiales a orillas del Río La Leona, sino que además pueden realizarse diferentes actividades recreativas como la pesca (en el lugar se les provee de todo lo necesario para pescar), visita al bosque petrificado La Leona, espacio natural en el que podrán encontrarse fósiles de dinosaurios y árboles petrificados de millones de años. Cada una de estas actividades respeta la ecología del lugar y la belleza del paisaje.
Pero la historia y el nombre La Leona no comienza ahí, sino que se lo debe a Francisco Pascasio Moreno (el Perito Moreno). Cuentan que en 1877, a orillas de un río sin nombre, entre los Lagos Argentino y Viedma, Francisco Pascasio Moreno iba bajando hacia la costa pedregosa y cuando estaba a punto de llegar a la orilla, un animal lo atacó.
Mientras intentaba cubrirse con su poncho de vicuña, sus compañeros alertados por sus gritos, lo socorrieron y mataron a la hembra de puma, leona en la jerga popular patagónica. Así fue como surgió el nombre para el río; La Leona.
En su libro “Viaje a la Patagonia Austral”, el Perito Moreno recuerda: “Llevaba un poncho de vicuña y la fiera de seguro me confundió con un guanaco echado”.
Un “célebre” libro de visitas
LA LEONA ha sido, desde su fundación, testigo de importantes acontecimientos históricos, que elevaron su fama a nivel mundial. Una muestra de ello son los miles de turistas que van por tierra desde El Calafate hacia el Chaltén o viceversa, que hacen su alto de rigor en este mítico parador.
Cuentan los lugareños que en 1905, tres “gringos” (dos hombres y una mujer) se hospedaron allí por casi un mes, siguiendo, luego, su viaje hacia la frontera con Chile. Más tarde, y ante la presencia de una comisión policial provista de retratos, el señor Jensen –por entonces el nuevo propietario del Hotel LA LEONA-, habría reconocido a sus distinguidos huéspedes…
Se trataría, nada menos, que de Butch Cassidy, Sundance Kid y la esposa de éste, Ethel Place, quienes, luego de robar el Banco de Londres y Tarapacá en Río Gallegos, hicieron una “parada técnica” en el Hotel, en su escapada hacia Chile.
Fue por esta misma época en que un famoso bandolero uruguayo, Asensio Brunel, asoló también estos parajes.
Montando a “pelo”, vestido con pieles de puma y alimentándose exclusivamente de carne cruda de yegua, sus correrías adquirieron ribetes de leyenda.
Este ermitaño, mezcla de Robin Hood y Billy The Kid, terminó muerto por varios colonos de la zona en un tiroteo digno de las mejores películas del Far West.
El Padre Alberto María D´Agostini fue otro de los célebres personajes que transitaron la Patagonia Austral. Nacido en Italia, este sacerdote salesiano combinó su vocación sacerdotal con su pasión por el montañismo y la aventura.
Entre misas, casamientos, bautismos y acción misionera encontraba el tiempo necesario para realizar épicas ascensiones y expediciones a las zonas más inaccesibles de la Cordillera Austral.
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